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El desarrollo fonológico de su bebé

En primer lugar, encontramos la etapa fonatoria (desde el nacimiento hasta el mes y medio) donde el bebé produce vocalizaciones reflejas, sonidos vegetativos y llanto, en segundo lugar, del mes y medio hasta los cuatro meses, el bebé se sumerge en un periodo de sonrisas, sonidos de arrullo o gagueo. En esta etapa el bebé hace uso de las protovocales que se producen en la zona posterior de la boca mientras la lengua se aproxima al paladar blando.

A continuación, de los cuatro meses a los seis o siete, comienza la fase de juego vocálico o conducta fonológica exploratoria caracterizada por los ruidos consonánticos que se consideran precursores de emisiones más parecidas a las adultas. Además, empiezan a hacer vibraciones con los labios o la lengua, juegan con cambios de intensidad y de entonación y, los sonidos que producen empiezan a parecerse a una sílaba.

Más tarde, de los seis o siete meses a los diez, comienza un período de balbuceo reduplicado o canónico donde el niño es capaz de combinar consonante y vocal en forma de sílaba. El niño encadena sílabas iguales realizando producciones de tipo “mamama”. Las consonantes que utiliza son anteriores o intermedias y oclusivas o nasales. Empiezan a tener producciones más relajadas y autónomas. Inmediatamente después y hasta los catorce meses, comienzan con el balbuceo variado

caracterizado por la secuencia de sílabas diferentes de tipo “baguga”. El niño aún no ha adquirido consonantes vibrantes, laterales ni fricativas. Es importante destacar que en este periodo se producen cambios importantes en la boca  del niño y se desarrolla una función importantísima previa a la articulación: la función masticatoria. Al niño le comienzan a salir los dientes y empieza a cambiar la alimentación pasando a los sólidos. Gracias a la masticación el niño trabaja de manera coordinada los dientes, labios, maxilares, articulación témporomandibular, mejillas y lengua facilitando la agilidad de los órganos fonoarticulatorios.

Por último, antes de las primeras palabras, entramos en un periodo de transición entre el balbuceo y las primeras palabras: las protopalabras. Estas se diferencian del balbuceo porque son más estables fonética y prosódicamente, pero todavía no tanto como las primeras palabras. Son palabras independientes que el niño emite repetidamente y hacen referencia a situaciones o acciones de la vida cotidiana del niño y, además, suelen ir acompañadas de gestos.

Las primeras palabras que producen los niños tienen unas características fonológicas muy diferentes de la lengua adulta. Aparecen de los doce a los dieciocho meses, donde podemos observar la adquisición gradual del repertorio fonético. Aprenden a combinar consonantes y vocales en forma de sílaba cada vez más complejas y desarrolla los patrones entonativos y fonológicos de la lengua adulta. Este proceso de aprendizaje donde cada vez el parecido a las producciones adultas es mayor se extiende aproximadamente hasta los cuatro años.

A partir de los dieciocho meses el niño comienza a decir sus primeras palabras y a llamar las cosas por su nombre. Es un momento clave en el desarrollo del lenguaje del niño puesto que pasará, de forma progresiva, de comunicar solo palabras a reproducir frases simples acompañadas de gestos. Es un periodo en el que el niño tiene conciencia del significado de lo que dice.

© 2018 Padres, Bebés y Lenguaje.

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